viernes, 31 de agosto de 2012

MOLESKINE DE CENTROEUROPA






En el último viaje no me llevé la cámara de fotos. No me apetecía nada cargar con ella todo el día, y más cuando mis amigos llevaban sus cámaras (de las cuales aprovecharme y extraer infinitas instantáneas). En lugar de ello decidí llevarme un cuadernito de viaje, lo que se suele llamar un moleskine, y captar siempre que pudiera, las partes de Praga, Viena y Budapest que me inspiraran o me llamaran la atención. No sabía cómo resultaría el experimento, pero he de decir que me ha cautivado. Ha sido una forma más de evadirme de la realidad, de desconectar y sentirme en sintonía con el entorno. En definitiva de disfrutar más del viaje.
Los bocetillos duraban entre 2 y 10 minutos aproximadamente y a veces me veía obligado a dibujar mientras caminaba para no perderme del grupo y de las vistitas que habíamos planeado. Sin duda es algo que repetiré en el próximo viaje, sea cuando sea.

4 comentarios:

  1. Buena forma de hacer turismo... sí señor

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  2. Todo un descubrimiento tío! Y a mis años! jajaja

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  3. Es genial: cambias la mirada fotográfica (ya están otros para eso) por la tuya manual. Tuve la suerte de ver la libreta en directo y algunos dibujos me impresionaron. Es una idea muy bonita, me alegra que te hayas apuntado. Luego puedes tener diferentes según los sitios visitados. Lo mismo lo hago yo alguna vez...

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  4. Sí, la verdad es que en próximos viajes no se me olvida echar un cuadernico a la mochila. Es otra forma de entrar en sintonía con el entorno que visitas y también de evadirte y desconectar. Te lo recomiendo totally!!

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